
CONCURSO MERCANTIL: EL SALVAVIDAS PARA TU EMPRESA EN TIEMPOS DE CRISIS
La crisis de salud que enfrenta la humanidad generará profundos impactos políticos, económicos y sociales que sin duda repercutirán en las empresas de diversas maneras. La restricción de las actividades económicas impacta sus ingresos y su liquidez y compromete su posibilidad de seguir operando.
Ante este escenario, algunos empresarios se han acercado con nosotros para evaluar la opción de liquidar sus empresas al sentir que no tendrán capacidad para cumplir sus obligaciones con sus acreedores. Sin embargo, antes de tomar la decisión de un cierre definitivo, conviene evaluar la alternativa del concurso mercantil para superar una situación temporal de falta de liquidez.
El concurso mercantil es un proceso judicial poco conocido y menos comprendido, pues en muchos casos se le relaciona directamente con la quiebra de una empresa, cuando su propósito principal es justamente prevenirla. En la exposición de motivos de la Ley de Concursos Mercantiles (LCM) se destaca esta intención: “Su propósito es el de ordenar los procesos de reestructuración de empresas, buscando en primer término aprovechar la experiencia y conocimientos del empresario… coordinando los esfuerzos, proveyendo un foro donde la información fluya y que las empresas viables puedan aprovechar para reestructurarse, seguir operando y mantener el empleo.” En el artículo primero de la LCM se establece: “Es de interés público conservar las empresas y evitar que el incumplimiento generalizado de las obligaciones de pago ponga en riesgo la viabilidad de las mismas y de las demás con las que mantenga una relación de negocios.”
En primer lugar, es importante definir si el problema que enfrenta su empresa es de solvencia o de falta de liquidez; si existe un mercado para los bienes y servicios de su empresa y ésta cuenta con los recursos físicos, técnicos y humanos para producir dichos bienes o servicios.
Ahora, si debido a la crisis, no cuenta con recursos financieros suficientes para cumplir oportunamente con sus obligaciones financieras, el concurso mercantil le brinda protección judicial para negociar con sus acreedores un convenio a fin de reestructurar sus pasivos y obtener quitas y plazo suficiente para dar nuevamente viabilidad a su operación, preservando la fuente de riqueza y los empleos que genera. El concurso mercantil ofrece a las empresas un “periodo de gracia” de hasta un año para renegociar sus deudas y reestructurar su operación y con ello mantener su vida por muchos años más.
Por otro lado, si el mercado de la empresa se reduce o no se cuenta con los recursos físicos, tecnológicos o humanos para satisfacer los requerimientos actuales del mercado, entonces sí, el cierre de la empresa será la opción más adecuada.
Por último, es importante recordar que el concurso mercantil es el equivalente a una sala de urgencias de un hospital a donde se acercan aquellas empresas a las que les hace falta el oxígeno financiero y, como en toda sala de urgencias, el factor tiempo es determinante; por ello, es fundamental pedir ayuda cuando aún hay oportunidad de maniobra y no cuando el paciente ya está en las condiciones más críticas.
CPC. Víctor Manuel Aguilera Gómez
Socio en Elizondo Cantú en el área de Auditoría y Consultoría, especialista en Concursos Mercantiles.
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